jueves, 25 de octubre de 2007

RESEÑA

COLOMBIA MAYOR NUMERO DE VICTIMAS

El compromiso de los estados signatarios de la convención de Ottawa es, prohibir la producción de minas, su comercio y exportación, la convención representa un avance civilizado, aun muchos países destinan dinero para el desarrollo y producción de este sistema de minas, los productores para eludir ahora declaran las minas antipersonal como “Minas Clay More”.
La perfidia es también, cuando estallan las minas que no diferencian si lo que destruyen es un tanque o un bus escolar o si los pasajeros son militares o inocentes civiles.
En Colombia los grupos al margen de la ley ELN y FARC son los autores de los crímenes, muchos campesinos no pueden cultivar sus propios campos ni recorrer sus caminos después de que se oculta el sol, estos grupos aceptaron el uso de minas y lo justifican diciendo que ellos no poseen aviones ni los medios técnicos que tienen las fuerzas militares y afirmaron que no hacen uso indiscriminado de estas, que no las siembran es zonas de alto riesgo para la población civil.
Las víctimas de minas en Colombia han aumentado porque las Farc sembrado en zonas donde antes no lo hacían. Por primera vez se han superado a los países que ocupaban los primeros lugares del mundo en este escalafón: Afganistán y Camboya.
Mientras que en el 2004 Colombia se ocupaba el tercer lugar en el mundo en número de víctimas por esta causa, con 868, en el 2006 se puso arriba en las estadísticas mundiales con 1.100 personas afectadas por estos explosivos.
Voceros de la Campaña Internacional para la Eliminación de Minas Antipersona, con sede en Ginebra (Suiza), crearon grupos que luchan por erradicar estas armas en el mundo, en informe anual dijeron que Colombia está ahora por encima de Camboya, en donde hubo 875 víctimas, y Afganistán, con 848 persona afectadas.
El informe reportó 7.300 víctimas el año pasado, un 11 por ciento más que en el 2005. De ese total, 2.000 murieron y el resto resultaron heridas.
Según el Observatorio de Minas de la Vicepresidencia de Colombia, entre 1996 y el primero de septiembre de este año, las minas antipersona afectaron a 1.808 civiles y a 3.023 militares, el reporte asegura que las Farc "continuaron siendo el mayor sembrador de minas antipersona en el país, y uno de los mayores en todo el mundo".
Agrega que en el 2006, las Farc sembraron minas antipersona en municipios donde anteriormente no se habían registrado incidentes con estos artefactos explosivos, sin embargo, el informe reconoce que el 2007 fue el año con mayores resultados en la historia en la eliminación de estos artefactos en el mundo.
Durante el año pasado se limpiaron de minas más de 740 kilómetros cuadrados.


COLOMBIA VS MINAS


La acción contra las minas exige con urgencia la articulación de todos los actores, brindar asistencia médica de urgencia a las víctimas, garantizar la rehabilitación física y psicológica de los sobrevivientes, adelantar programas que garanticen la rehabilitación socioeconómica y educar en prevención de accidentes, es obligación del estado al haber firmado la convención de Ottawa. El monitoreo y el cumplimiento de sus obligaciones, es una tares de los ciudadanos y al mismo tiempo promover acuerdos entre el gobierno y los actores armados al margen de la ley, para que se ponga fin a las minas y limpien el territorio contaminado.
Es importante que el gobierno escuche las demandas de la sociedad frente al proceso de negociación y que las zonas abandonadas por los grupos ilegales adelanten limpieza de minas. El reto de Colombia pasa por la acción de la sociedad y la institucionalidad para atender los riesgos ya existentes. Las víctimas identificadas hasta la fecha son de 6000 personas, se requiere generar procesos de fortalecimiento de organizaciones de sobrevivientes que propicien una lucha por el cumplimiento de los derechos de las víctimas del conflicto.
Si queremos detener la siembra de nuevas minas y evitar que se extiendan en el territorio nacional, el único camino eficiente antes del fin de la guerra es la generación de acuerdos humanitarios sobre minas, entre el gobierno y los grupos alzados en armas.